Se que a muchos de vosotros la palabra “disciplina” os puede crear un poco de alergia por las connotaciones que pueda tener con regímenes o doctrinas más o menos totalitarios o represores, pero la disciplina personal, y más en los tiempos actuales, creo que es un valor personal importante a tener en cuenta.

Además cada vez me voy dando más y más cuenta de que la Inteligencia Emocional habla de una disciplina interior. Disciplina interior para no dejarse llevar por el impulso, el pronto o la inercia , y ser capaces de dar un “paso atrás” y observar y entender la información emocional que viene de nosotros mismos y de los demás, y desde esa distancia metafórica de la consciencia emocional poder tomar decisiones en tiempo real de como ajustar y dirigir nuestra conducta para el bien de la situación, del trabajo conjunto, y de la relación con los demás.

Dar ese paso atrás y “des-secuestrarse” del impulso emocional (ojo, que no digo reprimir las emociones) y decidir con mas libertad y consciencia que es lo mas adecuado, más autentico, más útil y mas noble que podemos hacer o decir en la situación presente, obviamente no es fácil. Por eso veo que en la Inteligencia Emocional hay un componente de disciplina interior intrínseco para el entrenamiento de esta capacidad humana.

Porque para mi no es mas inteligente el que sabe más o es capaz de resolver más o de inventar más; para mi es más inteligente aquella o aquel que es capaz de decidir mejor y más adecuadamente. Y un escollo o impedimento que a menudo nos impide decidir adecuadamente son precisamente esas emociones, estados internos, o sentimientos intensos que condicionan nuestra visión y valoración de lo que está ocurriendo, y por tanto condicionan nuestras reacciones.

Por ejemplo, cuando nos sentimos rabiosos porque creemos que la otra persona no está siendo justa con nosotros, esa rabia se apodera de nuestra capacidad de:

Evaluar la situación de forma adecuada

Conectar con nuestra intuición y nuestra sabiduría como individuos

Que nuestro cerebro procese la información de forma efectiva y útil

; de alguna manera las emociones intensas bloquean nuestras capacidades. Pero ocurre que esas “reacciones emocionales” son lo que resulta natural y lo que viene “programado de serie” en nuestra condición humana. Por eso es necesario ese componente de disciplina en el entrenamiento de nuestras  habilidades emocionales.

El miedo, la ira, la tristeza, la frustración, … son emociones útiles en momentos concretos y determinados, pero también son emociones tremendamente potentes que reducen de forma dramática nuestra capacidad de respuesta inteligente. Tan sólo el hecho de ser capaces de dar ese “paso atrás” para identificarlas y quizás decidir que “ya decidiré mañana que hacer o que decir porque en este momento estoy alterado emocionalmente”, ya es un paso en la dirección de aumentar nuestras habilidades emocionales.

En mi opinión el entrenamiento consciente de la Inteligencia Emocional tiene mucho que ver con “pasar por encima” de nuestro impulso, instinto o reacción “natural”, y ser capaces de dar una mejor respuesta como personas humanas a lo que está ocurriendo en el momento; y eso requiere disciplina y no está exento de dificultad.

Si las personas que toman decisiones de gran alcance, decisiones que afectan a muchas personas y muchas vidas, fueran capaces de forma repetida de “pasar por encima” de sus impulsos demostrarían, no sólo que pueden hacer un bien mayor a los demás, sino también que son mas inteligentes emocionalmente y por tanto más humanos.

Buenos días y buena suerte.

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