Nuevas investigaciones sugieren que la relación entre la felicidad y el dinero es mucho más compleja de lo que nos pensábamos. Dos destacados economistas afirman que la felicidad hace que la gente gane más, posiblemente debido a que las personas más felices son más productivas y se relacionan mejor con los demás.
El Dr. Jan-Emmanuel De Neve, del University College de Londres y el profesor Andrew Oswald, de la Universidad de Warwick examinaron los primeros años de miles de niños y adolescentes escogidos aleatoriamente y encontraron que, aun cuando otros factores se tuvieron en cuenta, los niveles de felicidad en edades tempranas claramente determinaban la probabilidad de disfrutar de mayores ingresos y mejores relaciones personales en el futuro.
El trabajo de estos dos investigadores es la primera investigación en profundidad de la correlación entre felicidad infanto-juvenil y la predicción ingresos de una década más tarde, y se basa en los niveles de “satisfacción con la vida” de una amplia muestra de adolescentes y adultos jóvenes en Estados Unidos y el seguimiento de estos en un estudio longitudinal.
Los resultados son sorprendentes. Sus análisis pone de manifiesto, por ejemplo, que un aumento de un punto en la satisfacción de vida (en una escala de cinco) a la edad de 22 se asocia con casi US $ 2.000 de aumento de los ingresos anuales a los 29 años de edad.
Su estudio de 90.000 personas, que se presentó en la conferencia anual de la Royal Economic Society de la Universidad de Cambridge, apunta hacia que una de las razones de la relación de causalidad puede ser que las personas con disposiciones mas alegres y optimistas les resulta mas sencillo obtener un título, conseguir un buen contrato y lograr ascensos.
Ellos comparan datos entre hermanos para demostrar que los hermanos más felices tienden a tener mayores ingresos. Los resultados de sus investigaciones, que han tenido en cuenta otros factores como la educación, la salud física, la variación genética, el coeficiente intelectual, la autoestima y la felicidad actual, muestran que el efecto, el impacto, de la felicidad individual sobre los ingresos netos es mayor que la influencia de los ingresos sobre la felicidad.
“Estos hallazgos tienen implicaciones importantes para los académicos, responsables políticos y el público en general,” dicen De Neve y Oswald. “Para los académicos, estos resultados ponen de manifiesto la fuerte posibilidad de causalidad inversa entre el ingreso y la felicidad -. Una relación que la mayoría han asumido unidireccional y causal.”
Los hallazgos no parecen sorprender a Jeff Bezos, el multimillonario fundador de la tienda en línea Amazon, que afirma haber tenido “una infancia idílica”. La novelista Agatha Christie escribió en su autobiografía: “Una de las mejores cosas que le puede suceder a usted en la vida es tener una infancia feliz como la que yo tuve la suerte de tener.”
La investigación de estos dos economistas en cierto modo lo que sugiere es cómo la felicidad en edades tempranas puede impactar sobre el desempeño profesional y los ingresos de las personas.
Afirman que su trabajo pone de relieve la importancia de promover el “bienestar general “, no sólo porque la felicidad es a lo que la población en general aspira (en lugar del PIB), sino también por sus efectos productivos, es decir, puede salir muy a cuenta centrar la política y la labor educativa en la maximización de la felicidad y la reducción del sufrimiento psíquico. Enseñar a ser libres y escoger ser felices a pesar de las circunstancias. Escuelas de libertad, optimismo y responsabilidad personal sobre estos dos factores.
Las conclusiones de los académicos tienen implicaciones importantes para los padres. “El bienestar emocional de los niños, niñas y adolescentes es clave para su éxito futuro, y esta investigación proporciona otra razón para la necesidad de crear un ambiente familiar emocionalmente saludable”.
En resumen: ser feliz sale a cuenta.
Y la felicidad muchas veces viene de una posición activa y consciente en la vida.
“Escojo ser feliz, escojo tener una buena vida.”
Yo les enseñaría este lema a todos los niños y niñas … y a los adultos, también.
Porque dejadme añadir una última opinión: ser feliz no es gratis, hay que currarselo. Las emociones negativas andan solas, y las emociones positivas hay que ayudarlas un poquito.