Que no pasen hambre los pájaros de tu cabeza.
Que tengan siempre un sueño del que comer, un verso del que beber, y en el pico una canción preferida.
Que no pasen hambre los pájaros de tu cabeza.
Dales viento de palabra, dales aliento con la mirada, y déjalos hacer un nido de cuentos en tu pelo.
Que tus labios les den alas y ellos luz en tu mirada.