Desayunando con un cliente le estaba contando que era y para que servía la Inteligencia Emocional. Al cabo de un rato me dice:
– Bueno, pero entonces esto de la inteligencia emocional es tener mano izquierda, un poco de sentido común y autocontrol, no?
Y yo le contesto:
– ¿Contratarías a alguien que tuviera mano izquierda, sentido común y autocontrol?
– Ah, ¿pero hay de esos? (risas) Preséntamelo y lo contrato ya!
La Inteligencia Emocional no inventa nada nuevo, sólo organiza, pone en claro y permite desarrollar aquellas competencias personales que nos hacen mejores personas y mejores profesionales. Aquellas competencias y habilidades que permiten que obtengamos mejores resultados en la vida, tanto personal como profesional.
Además se fundamenta, como valores de referencia, en el respeto, la integridad y el compromiso con uno mismo y con los demás (Daniel Goleman y Robert J. Emmerling, han escrito sobre este particular en el IE Conssortium).
( http://www.eiconsortium.org/reprints/ei_issues_and_common_misunderstandings.html )
Por eso la Inteligencia Emocional no son sólo palabras, no es sólo «buenrollismo» universal, es una forma práctica de mejorar nuestra vida y la de los que nos rodean; y se puede entrenar.
Como digo, no invento la sopa de ajo sólo digo que la sopa de ajo es muy sana, y procuro que la gente decida comer menos pizza congelada y mas sopas de ajo.
¿Aprendemos a hacer una buena sopa de ajo? 😉
Andreu Gatuellas Gassó Psicólogo, Coach y Formador especialista en Inteligencia Emocional gatuellas@somosincreibles.com http://about.me/gatuellas/#