La inteligencia emocional es la capacidad de ser inteligente respecto a las emociones propias y de los demás. Lo que te permite esto es:

  1. Llevarte mejor con los demás
  2. Manejar mejor el estrés
  3. Tomar mejores decisiones
  4. Terminar lo que has empezado
  5. Motivarse y animarse

¿Y esto como ocurre? ¿Cómo es que la Inteligencia Emocional permite estas mejoras en nuestra vida?

Pues os voy a poner un ejemplo para cada una.

1. Llevarte mejor con los demás: Si eres capaz de identificar (darte cuenta) de cual es el estado emocional de una persona, de ver como se siente ante un determinado hecho o comentario (empatía en acción), serás mas capaz de adecuar tu respuesta a esa información emocional que te llega de la otra persona, y de bien seguro que la otra persona agradecerá que tu realices ese ajuste de tu comportamiento o respuesta ante su estado emocional. A todo el mundo le gusta sentir que el otro se hace cargo de como te sientes y que actúa o responde en consecuencia; y esto amigos míos mejora las relaciones personales y crea afinidades.

5 BUENAS RAZONES PARA ENTRENAR TU IE R retall

Fíjense ustedes que hay pocas cosas que sean un mejor regulador emocional para la persona que tenemos delante que un simple “te entiendo …”; esta expresión está al nivel de, o sería equiparable a, un “primer auxilio emocional”.

Principalmente entran en juego 2 habilidades emocionales del Modelo de Salovey y Mayer: Identificar y Facilitar.

2. Manejar mejor el estrés: La capacidad de calmarse a uno mismo (y también de animarse) forma parte de la inteligencia emocional. Desarrollar esta capacidad para poder gestionar mejor los momentos difíciles del día a día, para reducir tu nivel de estrés (o a veces de desgana o desmotivación) constituye una ventaja imprescindible en el acelerado mundo en que vivimos.

Aprender a calmarse a uno mismo es una ventaja imprescindible en el tiempo en que vivimos.

Aquí entran en juego las 4 habilidades del Modelo de Salovey y Mayer, porque requiere saber como me siento (Identificar), tener una idea de como sería bueno o preferible que me sintiera (Facilitar/Usar), también, para ayudar a la regulación emocional, entender porque me siento así o que está causando esta perturbación (Entender); y por último llevar a cabo el cambio (de acción o pensamiento) adecuado para regular el estado interno.

3. Tomar mejores decisiones: Las emociones son la forma más básica que tenemos de relacionarnos con el mundo, son la forma mas inmediata de valorar lo que sucede, de ver si me gusta o no me gusta, si es bueno para mi o no es bueno para mi, si me quiero acercar o prefiero alejarme. Por la misma razón las emociones, es decir, como nos hacen sentir las cosas y las personas, son la primera guía para nuestras decisiones (Antonio Damasio, “El error de Descartes”). Por eso no puedes tomar buenas decisiones en un estado emocional inadecuado o alterado.

Nuestra decisiones están guiadas por nuestras emociones.

A la hora de tomar una decisión (una grande o una pequeña del día a día) es necesario (por no decir imprescindible) que observes si tu estado emocional está influyendo sobre como estás eligiendo y la decisión que estás tomando.

Por ejemplo, es mucho mas posible que mandes a alguien a “hacer puñetas” un día que estás alterado, enfadado o triste, y es posible que esa decisión de mandarlo al carajo luego te pueda traer malas consecuencias. Ser consciente de como tu estado emocional afecta a tus decisiones cotidianas es una muy buena idea para entrenar tu inteligencia emocional y para tomar mejores decisiones.

4. Terminar lo que has empezado: ¿Cuantos de vosotros pecáis de inconstantes? ¿Cuantos de vosotros a veces os cuesta terminar lo que habéis empezado?

Daniel Goleman nos explica en su ultimo libro “Focus” que la capacidad de centrar tu atención en lo que estás haciendo y de comprometerte al 100% con la tarea es una competencia emocional clave para el buen desarrollo personal y profesional.

¿Y porque prestar atención y concentrarse es una competencia emocional? Pues porque la capacidad de dominar el impulso y de diferir (aplazar) la gratificación es una competencia puramente ligada a la autogestión interna, y en esta autogestión están vinculadas las mismas estructuras cerebrales que para la regulación emocional (prefrontal izquierdo, corteza cingulada anterior, y los núcleos y estructuras límbicas).

Por tanto la regulación emocional y control del impulso juegan un papel fundamental en nuestra capacidad para concentrarnos y para terminar las tareas que hemos empezados (en lugar de … ceder al impulso de ir a tomarse un cafetito, de cambiar de tarea porque ya estamos aburridos, de mirar si alguien a colgado algo en facebook, o de ir a la nevera a por un pedacito de queso).

El secreto está en auto-observarse y no ceder al impulso. Ahí empieza la inteligencia emocional.

5. Motivarse y animarse: Martin Seligman, fundador de la Psicología Positiva, en su libro “Learned Optimism”, explica con detalle como el optimismo es una facultad humana que resulta imprescindible para aumentar nuestra nivel de resiliencia, y para sobrellevar las dificultades inherentes a la vida. Es más expone con todo lujo de detalle porque a los optimistas les va mejor en la vida que a los pesimistas. La suerte favorece a los optimistas por la simple razón que no abandonan y que son capaces de auto-motivarse cualesquiera que sean la circunstancias.

Lo mas bonito para mi del trabajo de Martin Seligman y su equipo es el haber constatado que el optimismo y la capacidad para animarse y motivarse a uno mismo se puede entrenar!

¿Cuantas veces la diferencia entre un buen día o un mal día está en nuestra capacidad de animarnos, de cambiar el “chip”?

5 BUENAS RAZONES PARA entrenar

Una de las formas de entrenarlo es ser capaz de tomar distancia y re-interpretar una situación determinada como una oportunidad o como un reto. Este “tomar distancia” para mi es el primer paso de la Inteligencia Emocional (siempre digo que el primer paso de la Inteligencia Emocional es un paso atrás), y nos permite ser mas dueños de nuestros estados internos desde la consciencia emocional y desde el fin en mente de lo que queremos conseguir.

Si me preguntáis como se hace eso os contestaré lo mismo que le digo a mis alumnos: Haciéndolo!

La vida es dura y te da razones de sobra para “torcerte” hacia lo malo o lo negativo, es obligación nuestra enfocarnos en lo positivo, enfocarse en la oportunidad, en lo que si hemos conseguido, en lo guapos y guapas que somos y en lo magníficos que podemos ser si nos lo proponemos.

Ahora, si prefieres enfocarte en lo malo, en lo negativo, en lo “chungo” pues oye, cada uno es libre y hace con su cabeza y con su corazón lo que le da la gana. Eso si, si estás negativo y pesimista procura no salpicar que a los demás ya nos cuesta nuestro trabajo mantener la cabeza fuera del agua.

Bueno, pues ya veis, todo son ventajas en lo que se refiere a entrenar nuestras habilidades de Identificar, Facilitar, Entender y Gestionar nuestros estados internos y los de los demás 🙂

Eso si, fácil no es, ya os lo digo ahora. Nuestros “patrones emocionales” son muy tercos y cambiar la forma que tenemos de relacionarnos emocionalmente con el mundo y con nosotros mismos, de momento, no viene en píldoras de fácil ingesta, viene en entrenamiento personal y en constancia.

De momento os doy un primer ejercicio para entrenar vuestra Inteligencia Emocional:

La próxima vez que te enfades o alguien te saque de quicio sonríete un poco para tus adentros y piensa: “Que magnífica oportunidad para entrenar mi Inteligencia Emocional.”

Así de sencillo y así de complicado.

Ánimo!

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