Hay personas que dicen que creen en el destino, que dicen que todo está escrito y que cualquier intento de cambiarlo es pura ilusión porque lo que tiene que pasar pasará. Bueno, bien, vale de acuerdo.
A su vez la física cuántica nos dice que todo es posible, y que de hecho todo está ocurriendo a la vez. Que las infinitas posibilidades tienen lugar en múltiples universos paralelos. Madre mía, esta idea me desborda un poco.
Así pues pasamos de una sola línea de acontecimientos a infinitas lineas sucediendo al mismo tiempo. Bueno, bien.
Yo creo que entre una y otra propuesta quizás (fijense que sólo digo quizás) puede que haya un punto intermedio donde, si bien hay múltiples posibilidades en lugar de una, el individuo o individua tiene la posibilidad de inclinar la balanza en una dirección u otra. Es decir, creo que ante el destino tenemos algo que decir y ante la casualidad algo que objetar.
Tenemos la capacidad para decir y decidir, de hecho mas de lo que nos pensamos. Hay veces que no, de acuerdo, hay veces que viene la fatalidad nos da un revolcón y listos, pero la mayoría de veces tenemos algún papel en nuestro futuro. O como mínimo un cameo 🙂
Para tener “un papel en nuestro futuro” y para construir un guión para ese futuro resulta útil el coaching (el coaching profesional realizado por profesionales preparados y con experiencia, se entiende).
Hay 8 aspectos prácticos y concretos para los que he podido identificar que sirve el coaching en la práctica (seguramente haya más pero esto es lo que hasta la fecha e podido constatar en la práctica profesional):
1. AHORRAR TIEMPO Y DISGUSTOS
A veces con 3 sesiones el cliente ya le ha dado la vuelta a unas cuantos de sus “problemones” y puede enderezar el rumbo y enfocarse en lo que de verdad es importante e incluso urgente.
¿Cuantas veces perdemos miserablemente el tiempo (y por ende la vida) en remolinos que no llevan a ningún lugar, en una especie del peor de los purgatorios de Dante? Y nos llenamos de malos ratos por no ser capaces de ponerle la intención y dirección que la situación requiere.
¿Que necesidad hay de eso? ¿Somos masocas? No, somos humanos y tendemos a despistarnos y encallarnos por el camino, y es normal. Y para eso también sirve el coaching, para reducir el tiempo de purgatorio y disgustos.
2. PONER EN ORDEN Y PLANIFICAR
Cuando estás preocupado/a, cuando te sientes superado por las circunstancias, cuando todo tiembla y parece incierto, una de las mejores maneras de abordarlo es ordenando y planificando los pasos. Es como aquello de ordenar la mesa que es tan feng-shui y que es tan recomendable, pero es mejor todavía porque el coaching ordena con una intención concreta.
Da una seguridad tremenda (y lo veo en la cara de mis clientes) cuando tienes enfrente de tus narices “el mapa” de lo que ocurre, lo que ocurrirá y lo que vas a hacer al respecto. Es cómo “Bueno, es esto, ahora sólo hay que caminarlo.” ¿Cartógrafo del futuro? también a eso se dedica un psicólogo-coach a cartografiar el presente y el futuro para que puedas decidir por donde tiras y hacia donde vas.
3. SUPERAR MOMENTOS DIFÍCILES
Nadie nos enseño a vivir, nadie nos dijo “¿Mira, ves? Cuando te pase esto haz esto y seguro que te funciona.” Y cuando estamos mal, cuando las cosas no nos están saliendo y todo hace subida o es complicado, una forma de ayudarse a tirar “pa’lante” es apoyandose en un profesional. A veces para salir del hoyo o para subir una montaña se necesita un palo para apoyarse, y ese es uno de los papeles de un psicólogo-coach: hacer de palo o de piolet para que el cliente suba su montaña o salga de su hoyo.
4. DEJARTE DE EXCUSAS Y PONERTE EN MARCHA
¿Cuantas vueltas les damos a las cosas? ¿Cuanto nos martirizamos con lo que pudo ser o con lo que va a ser? ¿Cuantas excusas y bloqueos crecen en las cunetas del miedo, el desánimo y la frustración? Uno de los trabajos mas útiles que hace un coach es desencallarte y ponerte en circulación (de hecho lo vas a hacer tu mismo/a pero el empujoncito puede que te lo de un buen coach. Y cuando pierdas el impulso te volverá a dar cuantos empujoncitos hagan falta (es parte de su trabajo, “empujador profesional”).
5. IDENTIFICAR PATRONES QUE NO NOS HACEN BIEN
Una de las mejores herencias que he tenido de la facultad de psicología es esta frase: “La solución intentada que perpetua el síntoma”. El trabajo en sesiones de coaching te permite muchas veces apuntar con el dedo e identificar los patrones que no nos hacen ningún bien, aquellas cosas que hacemos una y otra vez y que sólo hacen que ponernos trabas y palos en la rueda. Y un día puedes decir, “¡Ah caray! ¡Este es el problema! ¡Esto es lo que me está bloqueando! ¡Esto es lo que sería bueno que cambiase de una vez!”.
No puedes vencer al enemigo sin saber cual es el enemigo, pero cuando lo apuntas con el dedo el enemigo da un paso atrás.
6. REDUCIR TU NIVEL DE ESTRÉS
Los momentos personales o profesionales difíciles son duros y tener a un profesional que te acompañe, te escuche y te eche una mano reduce el nivel de soledad percibida y reduce el nivel de estrés/angustia vital. Sólo por el hecho de poder tener un “espacio seguro” donde poder soltar y reflexionar con apoyo de un profesional ya reduce muchísimo la angustia. Si eres demasiado orgulloso/a para permitir que te ayuden o te acompañen eso ya es otro cantar.
7. CAMBIAR EL DIÁLOGO INTERNO
Nuestra realidad la vivimos a través de lo que nos decimos a nosotros mismos. Cómo dice la Dra.Maria Palacín: “Vivimos en la historia que nos contamos.”
Y esa historia que nos contamos se construye con esos mensajes que nos enviamos a nosotros mismos, en cómo nos explicamos el mundo y lo que nos ocurre. Lo que sucede es que a menudo nos secuestramos en nuestra versión del mundo y no nos damos cuenta que esa explicación sólo alimenta “historias chungas”, sólo alimenta el desagravio, el malestar, la impotencia o el miedo. Uno de los frutos mas bonitos de un proceso de coaching es que las personas sean capaces de cambiar la forma de ver ciertas cosas y dejar de contarse historias que no funcionan.
8. ENCONTRAR ALIADOS
El ser humano vino al mundo a ayudar y ser ayudado, solos somos bastante poca cosa, la verdad sea dicha. Ser capaz de ver dónde, en qué o en quién nos podemos apoyar para ayudarnos un poco es siempre un trabajo importante en un proceso de coaching. Como dice mi Madre “Quien se ayuda de los suyos se ayuda de Dios.”
Un aliado puede ser una persona, un grupo de personas o incluso un entorno. A veces todavía no conocemos esos aliados, pero tomarse el humilde trabajo de identificarlos (y frecuentarlos) forma parte de todo proceso de crecimiento, superación y logro.
“Ama a tus aliados, agradece la vida y no cedas al miedo, que es tan enemigo del alma.”
Como he dicho quizás el coaching sirva para mas cosas, pero de estas 8 son de las que puedo dar fe que funciona y triunfa.
Un abrazo grande a todos/as.
Muchas gracias Andreu! Me ha parecido muy interesante y súper claro!!!
Me apunto la idea del diálogo interno. Gracias de nuevo.
un abrazo!
Rocío
Gracias Rocio, es un artículo que he escrito desde la parte mas práctica y honesta de mi experiencia como coach.
Un abrazo grande 🙂