Te propongo un ejercicio muy bueno y muy saludable para hacer en este preciso instante de comenzar el año. És muy sencillo y puede marcar una tendencia positiva para este 2016 (en serio).

Se trata sólo de 4 preguntas (las 4 son importantes, quizás más incluso de lo que crees).

Primera: ¿Qué te gustaría que hubiera cambiado a mejor al final de este año 2016? ¿Qué te gustaría haber conseguido?

… lo tienes? pasa a la siguiente.

Segunda: ¿Qué te gustaría conservar o mantener igual al final de este año 2016? ¿Qué no te gustaría perder porque para ti es importante y valioso?

… lo tienes? sigue adelante

Dos preguntas mas:

Tercera: ¿Que ganarás tu con ese cambio a mejor en este año 2016, qué mejorará en tu vida si eso cambia o mejora?

Cuarta: ¿Qué puedes perder si no conservas eso que quieres conservar o mantener este 2016?

Bien, “Delicious! …”

¿Porqué es importante hacer este ejercicio?

Pues por 2 razones:

1. La primera es que el ser humano tiende a “despistarse” y dejarse llevar por la inercia de los días y por los hábitos, y pierde de vista lo que realmente importa; por eso es necesario de vez en cuando “re-centrar” y volver a poner primero lo primero, es decir, volver a priorizar. Y ¿que mejor manera de priorizar que focalizar nuestras intenciones para el futuro?

2. La Segunda es que la voluntad funciona con “palo y zanahoria” y es necesario poder visualizar y sentir, con el mayor nivel de consciencia y responsabilidad posible lo que queremos que pase y lo que no queremos que pase para decidir cada día y cada momento lo que si y lo que no, lo que hacemos y lo que no hacemos, lo que escogemos o lo que evitamos.

Un poco de ciencia para explicar esto:

Recientemente he leído un libro fantástico “The Will Power Instinct” de Kelly McGonigal, una investigadora que se ha dedicado durante años a estudiar que es lo que motiva a las personas y que es lo que facilita que las personas tengan un mayor control sobre si mismas. Es tremendamente interesante ver como la autora relaciona las técnicas de neuro-marketing con la fuerza de voluntad de las personas de una forma tremendamente sencilla y elegante. Os lo explico.

Resulta que la mayor descarga de Dopamina en el cerebro (la dopamina es la sustancia que genera el cerebro para motivarnos a la acción y para proporcionarnos placer) se da cuando la persona prevé una recompensa y se activa el Circuito de la Recompensa. Es decir, cuando un estimulo externo o información de te dice “puedes recibir algo muuuuuuy bueno” nuestro cerebro se inunda de Dopamina, y cuando esto sucede nos sentimos motivados o movidos a hacer lo que haga falta para conseguir aquello que se “promete”. Es decir lo que mas nos “chuta” de Dopamina y por tanto nos mueve a la acción es la expectativa de algo bueno. Los expertos en marcketing hace tiempo que lo saben y por eso inundan nuestros cerebros de Dopamina estimulando nuestra percepción de recompensa y alimentando nuestras expectativas: promesas de felicidad futura que nos mueven a la acción gracias a ese neurotransmisor tan potente.

Y aquí viene la parte mas interesante: las personas que por razones fisiológicas, por razones contextuales de momento de vida, o por trastorno psicológico no son capaces de activar su Circuito del Placer, y por tanto no liberan suficiente Dopamina en su cerebro entran en un estado de no-motivación (anhedonia) que les lleva a la inapetencia, a la inacción y a “rendirse”. Niveles muy bajos de Dopamina también se relacionan con estados depresivos.

Kelly McGonigal llega a decir (con mucha razón creo yo) que tenemos que “dopaminizar” la vida con cosas que nos hagan ilusión, y “aderezar o condimentar” con futuras recompensas las tareas que nos dan mas pereza o nos cuestan más. Es decir, jugar con nosotros mismos/as a ponernos pequeñas “recompensas” y pequeñas metas que nos provoquen y nos den buen rollo (“Cuando termine de lavar los platos tendré la cocina super ordenatida y me voy a hacer 20 minutos de siesta.” “Cuando entregue este trabajo me van a pagar 2.000€ y tendré 2 meses de alquiler solucionados” “Si voy a correr mañana a la mañana después me sentiré fantástico y me pegaré un desayuno a lo grande.”)

lo vas a conseguir

Por eso es tan importante visualizar las ganancias específicas de cambiar lo que tenemos que cambiar y de hacer lo que tenemos que hacer, así «dopaminizamos» nuestros motivos.

Ser capaz de entrenar tu voluntad y mandar más sobre ti mismo/a depende en parte de que seamos capaces de “dopaminizar” nuestra vida visualizando y clarificando victorias, logros y recompensas futuras.

Tu felicidad futura depende de tu capacidad para invertir tu esfuerzo de forma intencionada en algo que para ti valga la pena, te ilusione o te pueda reportar una recompensa que te apetece mucho.

Ahora ya sabes lo que quieres mejorar y mantener este año 2016, y también sabes que para conseguirlo tienes que cargarlo con una recompensa futura clara y potente (para provocar que la dopamina del deseo te impulse), así que centra tus objetivos, dopaminiza tus motivos y ponte en marcha … y cuando te desanimes, te encalles o te falten las ganas recuerda lo que quieres conseguir y lo que vas a ganar consiguiéndolo.

Un abrazo y feliz 2016

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