Me gusta mucho la metáfora de la expulsión del Paraíso Terrenal para explicar porque tenemos miedo, para explicar el origen del miedo flotante (ótramente llamado: estrés) que a veces se apodera de nosotros y que tan desagradable y dañino es. En serio, creo que explica la perfección el impacto que ha tenido el desarrollo cerebral en nuestro mundo emocional.

Y la historia bíblico-científica dice así:

El Proto-Ser Humano vivía en el Paraíso tan campante y feliz, ajeno a los trajines, anhelos y angustias de la vida. De pronto Dios le prohíbe comerse el fruto del Árbol del Bien y del Mal (El Árbol de la Sabiduría), y va él, o ella, y, como no, se lo come. En ese momento la manzana “se le sube a la cabeza”, adopta la forma de Lóbulos Prefrontales (parte del cerebro genuinamente humana que se sitúa inmediatamente detrás del hueso de la frente) y el Ser Humano empieza a entender, empieza a pensar, empieza a comerse la cabeza, y a partir de ese mismo instante sale disparado por la puerta del Paraíso para medrar en el Valle de las Angustias y las Lágrimas.

¿Casualidad? No lo creo.

Porque en el momento que empieza a pensar, en el momento que empieza a imaginar, en el momento en que empieza a ser consciente, en ese momento se acabo el buen vivir.

¿Porque? Porque a partir de ese momento somos capaces no sólo de crear cosas y idear soluciones, si no también de crear, idear y pensar en todo lo malo, amenazante, o problemático que nos puede pasar en el futuro; y en ese momento nace el Miedo.

Nace la posibilidad de creer que “algo malo va a pasar”. A partir de ese momento somos capaces de imaginar todos las desgracias e infiernos del futuro. Da igual si es real, posible, plausible o probable, da igual, tu te lo imaginas y desde ese momento te empiezas a preocupar, a amargar y a sentirte francamente mal. El Miedo continuado es un verdadero veneno para el cuerpo y para el alma.

Dice Robert Sapolsky: “¿Sabéis porque las cebras no tienen ulcera? Porque no pueden imaginar el peligro, y sólo se asustan y se estresan en el momento justo y por una razón puntual: cuando verdaderamente hay peligro, cuando viene el león.”

A veces me gustaría ser cebra, pero entonces me recuerdo que de serlo no podría escuchar High and Dry de Radiohead o jugar a las cartas con los amigos mientras nos reímos de nosotros mismos.

Por el momento me quedo humano, pero procuro vivir mas en el presente. Es mas sano.

Banda Sonora: http://www.youtube.com/watch?v=BciOfJsqh7M

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