¿Qué me dirías si te dijera que puedes alterar la realidad tan sólo con tu mente?

Recuerdo que de pequeño me gustaban con locura los comics de Asterix y Obelix (los galos). Me hacia especial gracia lo tontos que eran los piratas (todavía sonrío cuando me acuerdo de los piratas de Asterix). Cada vez que veían a los dos galos acercarse agarraban las hachas y hundían su propio barco para evitar que los abordaran. Tenían mas miedo de Asterix y Obelix que de hundirse con su barco!!

Pues esto es mas real, a nivel psicológico, de lo que pueda parecer. Se llama: las Profecías que generan su Autocumplimiento (Self-fulfilling prophecy). Estas profecías son predicciones que, directa o indirectamente, generan su cumplimiento. Predicciones de lo que va a pasar, de lo que va a ser, de lo que vas a ser capaz (o no) … Independientemente de la certeza o verosimilitud de estas predicciones/expectativas, de si son ciertas o falsas, de si mas o menos se ajustan a la realidad, estas predicciones afectan al comportamiento, a las decisiones y a las percepciones de las personas, provocando que al final sean ciertas. Es decir: “Vienen los galos!! Estamos perdidos!!” … hundimos el barco nosotros mismos y después decimos: “¿Lo ves como cada vez que vienen los galos estamos perdidos?

Hace unos años se publico un libro “El Secreto: la Ley de la atracción” cuya tesis era algo así como: si crees en ello, si crees que es real y que puede ser entonces lo estás “atrayendo” hacia ti, y va a ocurrir, lo vas a crear. Vendió 6 millones de copias!!, y yo pensaba: pero si esto ya lo sabemos lo psicólogos, como mínimo, desde el Teorema de Thomas (1928): “Las percepciones subjetivas de las personas acerca de la realidad en que viven tienen una fuerza enorme a la hora de definir su conducta y decisiones.” Incluso si me apuras desde el Efecto Rosenthal (Pigmalión): la influencia de la creencia que tiene una persona acerca del potencial o las capacidades de otra ejerce un impacto en el rendimiento y los resultados de esta última. 

Y todo esto no es física cuántica ni tiene ninguna mística, es psicología social básica. Las creencias/expectativas facilitan comportamientos, actitudes y decisiones que las llevan a materializarse y ser reales: ¿Así lo crees? Así será (o como mínimo es mucho más probable que sea).

Nuestro cerebro hace interpretaciones de la realidad, hace sus versiones (no se si lo sabes pero la realidad no existe, tan sólo la percepción e interpretación que hace tu cerebro), y por pura coherencia cognitiva y para evitar la disonancia actúa y transforma conforme a esas interpretaciones. ¡Y no somos conscientes de ello! Es como si tuvieras “poderes” y no lo supieras! Transformas tu vida y la de los demás tan sólo con tu pensamiento, tu versión de la realidad y tus expectativas.

Imagina entonces el poder que todos tenemos para influir en el rendimiento de quienes nos rodean, positiva o negativamente. Cuando un manager expresa abiertamente su fe en la habilidad de un empleado, no solo mejora el estado de ánimo y la motivación de este; en realidad, está aumentando su probabilidad de éxito.

Un ejemplo muy sencillo. Se dividió a un grupo personal de limpieza de una cadena hotelera en dos grupos, y se les ofreció una formación sobre salud y cuidado personal. A ambos grupos, entre otras cosas, se les explicaron conceptos de alimentación y dieta saludable, y sobre como evitar el sobrepeso. Pero a un grupo se le expuso un cálculo aproximado de las calorías que quemaban con el ejercicio físico que hacían cuando realizaban las labores de limpieza de las habitaciones, y al otro grupo no se explico esta relación. Pues al cabo de 2 meses el grupo al que se la había explicado la relación de gasto calórico había reducido (de media) 1,2 Kgs su peso, y al grupo que no se le había explicado se mantuvo la media en el mismo peso. Como no había otros factores explicativos de esta diferencia cabe esperar que fuera la creencia que “haciendo mi trabajo gasto muchas calorías y eso me hace perder peso”, el factor explicativo de esta diferencia.

Otro ejemplo experimental increíble: Richard Wiseman, que se propuso descubrir por qué algunos de nosotros parecemos ser consistentemente afortunados, mientras que otros parece que no dan una. Es decir porque hay gente que tiene suerte y gente que no. En un sentido científico “la suerte” no existe, la única diferencia (y es grande) es si las personas piensan que tienen suerte, si en esencia esperan que cosas buenas les sucedan o si por contra siempre esperan  tener mala suerte o que algo malo suceda (esto por supuesto la mayoría de veces sucede de forma no-consciente).

Wiseman pidió voluntarios para leer un periódico y contar cuántas fotos había en él. Las personas que afirmaron tener suerte se tomaron solo unos segundos para realizar esta tarea, mientras que las “poco afortunadas” tardaron un promedio de dos minutos. ¿Por qué? Bueno, en la segunda página del periódico, un mensaje muy grande decía: «Deja de contar, hay 43 fotos en este periódico». La respuesta fue clara como el día para los que vieron este mensaje. Las personas afortunadas tendían a verlo, pero las personas que se consideraban “poco afortunadas” eran mucho menos propensas a ver el mensaje, y por tanto seguian contando fotos hasta el final. Las creencias modifican la percepción y por tanto los resultados.

¿Que quiero decir con todo esto? Que lo de la “Ley de la Atracción” del libro de “El Secreto” es un poquito fake porque en el fondo son nuestras creencias las que nos llevan a propiciar distintos resultados. Quizás no podamos mover objetos con la mente, pero si podemos tener una influencia tremenda en nuestros resultados y en los resultados de los demás; sencillamente porque cuando creemos que “esto es así” actuamos “como si” eso fuera así, y propiciamos su veracidad y su materialización (y créeme, no te das ni cuenta).

Esto se puede aplicar a cualquier ámbito: el educativo, el de pareja, el político, el social, el laboral …

Termino con algo que considero fundamental y que lo resumo en una frase: Tus creencias sobre ti mismo (y sobre los demás) modifican tus resultados, por tanto, tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, probablemente, tengas razón. Parece increíble, pero es real.

Con lo cual podría decirse que: vigila tus creencias y tus expectativas porque estas dan forma a la realidad.

Saludos y felices expectativas.

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